A continuación, el manifiesto leído por Aitor L. Larrabide, director de la Fundación cultural Miguel Hernández, junto a la tumba de Miguel Hernández, en el cementerio municipal de Alicante, el pasado sábado 31 de Marzo.
Hace tres días, este pasado miércoles 28 de marzo, se han cumplido 76 años de la muerte de Miguel Hernández, el “poeta del pueblo”.
Se trata de una fecha no sólo para el recuerdo sino también para una reflexión. Está fuera de toda duda de que la obra de nuestro universal poeta posee una alta calidad, reconocida por especialistas. Pero lo que lo convierte en “necesario” es la identificación plena de su vida y su obra, no una pose ni mixtificación, ni una falsedad, como sí se daba en otros escritores.
Los términos “compromiso” e “intelectual” han quedado desvirtuados por un abuso interesado de los mismos. En los años 30 no significaban ni evocaban lo mismo que en estos años que nos ha tocado vivir. Han perdido la gran carga simbólica que tenían entonces. Ahora, el intelectual, en general, es un elemento más del sistema que es utilizado por éste para ocupar el ocio o tiempo libre de los ciudadanos y ciudadanas, nada comprometidos por lo demás, salvo honrosas excepciones, en transformar esta sociedad injusta.
En el caso de Miguel Hernández, se ha transformado en un elemento más de la programación estacional del “Marzo Hernandiano” y del “Otoño Hernandiano”. No criticamos, por supuesto que se realicen actividades durante estos dos meses. Lo que sí criticamos es que se reduzca la figura de Miguel Hernández a unas fechas conmemorativas: su muerte y su nacimiento, e incluso que se reduzca o escamotee su ideología. O que se utilice su poderosa figura con fines exclusivamente mercantilistas.
En 1976, con motivo de las pintadas de los murales del barrio de San Isidro del “Homenaje de los Pueblos de España”, se utilizó un lema: “Ven a Miguel Hernández”, regresar al espíritu que encarnó: el de la lucha de todo un pueblo por su libertad, el del necesario cambio de régimen político. También el del sistema económico que lo sustentaba, y sustenta todavía. Aunque el paso de los años ha transformado la imagen real de la Transición en algo edulcorado e idílico, esto no es así. Y lo estamos viviendo y viendo con una alta intensidad en estas últimas semanas.
Miguel Hernández soñaba con una España de justicia, en la que la Cultura no fuera para unos pocos privilegiados. En 1976 se intentó sacar adelante un concepto de cultura popular y participativa, y desde el Ateneo Socio-Cultural Viento del Pueblo ése es el objetivo principal de todas nuestras actividades, y especialmente un lugar donde se reflexiona sobre el carácter activo de la Cultura, que deber servir para transformar la sociedad desde la conciencia individual. No entendemos la Cultura como un espectáculo, vacío de contenido, sino algo esencial al género humano, capaz de concienciar a los demás de su alienación y promover cambios efectivos en la sociedad.
Durante el pasado año 2017, cuando se cumplieron 75 años de su ignominioso asesinato a cámara lenta, se intentó despolitizar y vaciar de contenido la lucha y la propia vida de nuestro poeta. Transformar ambas en algo que no es, edulcorarlas y manipularlas. Las comisiones creadas al calor de esta efemérides no proyectaron la imagen ajustada a la realidad de Miguel Hernández. Y en su momento ya denunciamos que desde la Comisión Municipal Organizadora de Orihuela se nos ninguneó y ni siquiera se nos invitó. Desde hace años llevamos desarrollando un intenso trabajo en torno a actividades relacionadas con Miguel Hernández y con la Memoria Histórica, ambos indisolublemente unidos. Y desde el equipo de Gobierno local oriolano no se nos invitó por, creemos, oscuras motivaciones políticas, ajenas al verdadero trabajo de recuperación de un Miguel Hernández comprometido, sensible a las desigualdades sociales motivadas por un régimen económico capitalista, y por ser comunista.
Queremos alzar la voz hoy, frente a su tumba para renovar nuestro compromiso de seguir recordando al Miguel luchador y también militante comunista, al Miguel que supo sacudirse el pelo de la dehesa y también al Miguel que quiso siempre regresar a Orihuela para contemplar sus paisajes y también para transformarla en una ciudad de progreso, una ciudad en la que el abuso, la hipocresía, la Iglesia y los terratenientes no tuvieran sitio ni ocasión para seguir explotando al trabajador.
Pedimos a todos los colectivos, asociaciones, partidos políticos y a todos/as los/ las ciudadanos /as que nos acompañen en este camino, como bien dejó escrito Miguel Hernández en la dedicatoria de Viento del pueblo a su amigo Vicente Aleixandre:
“Vicente: a nosotros que hemos nacido poetas entre todos los hombres, nos ha hecho poetas la vida junto a todos los hombres. Nosotros venimos brotando del manantial de las guitarras acogidas por el pueblo, y cada poeta que muere deja en manos de otros, como una herencia, un instrumento que viene rodando desde la eternidad…
“Los poetas somos viento del pueblo; nacemos para pasar soplados a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas. Hoy, este hoy de pasión, de vida, de muerte, nos empuja de un imponente modo a ti, a mí, a varios, hacia el pueblo. El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo”.
Orihuela-Alicante, sábado 31 de marzo de 2018
Ateneo Socio-Cultural Viento del Pueblo