Manifiesto XIII Jornadas del Campo de concentración de Albatera

XIII JORNADAS CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE ALBATERA

San Isidro, sábado 17 de octubre de 2020

Un año más nos encontramos en este lugar de la Memoria, del Recuerdo y también de la reivindicación. No es un año como los anteriores: la pandemia y sus consecuencias, trágicas por las pérdidas de vidas, nos han cambiado no sólo los hábitos sino también, y eso es peor, pueden hacer olvidar o mermar nuestra propia conciencia de lucha. Las amenazas de sanciones si no se respetaban las restricciones de movilidad tras la declaración del estado de Alarma por parte del Gobierno, el control de las comunicaciones privadas y de la información, ha traído como consecuencia, una población más controlada, más adocenada y menos reivindicativa. No, no es un año normal. Y debemos ser conscientes de que todo lo que se ha conseguido con lucha, con sangre y con dolor no está garantizado. Al anuncio de una nueva Ley de Memoria Histórica por parte del Gobierno, la caverna de la derecha y de la ultraderecha (ambas se confunden con mucha frecuencia), y la más tibia pero no por eso menos peligrosa de Ciudadanos o del Partido Nacionalista Vasco han respondido con el socorrido argumento de que hay asuntos más importantes. Confunden lo urgente con lo importante. Utilizan ese pretexto para dejarlo todo como está, como pasó con la Transición: todo atado y bien atado. Igual que con el modelo de Estado: República frente a Monarquía. No es urgente ahora. Para que sigan en el olvido tantas personas, tantos camaradas en cunetas, en fosas comunes. Y no podemos tolerarlo. Hace justo una semana la estatua de Indalecio Prieto en Nuevos Ministerios, en Madrid, fue vandalizada con el adjetivo de “Asesino”, en “valiente” respuesta al anuncio por parte del Ayuntamiento de Madrid de retirar los nombres de Francisco Largo Caballero (que sufrió pocos días antes idéntico tratamiento) e Indalecio Prieto, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. No les basta a estos herederos de aquellos Guerrilleros de Cristo Rey y demás cachorros fascistas con ganar una guerra y subvertir las leyes para legitimar su golpe de Estado y después, muy hábilmente, eso sí, colarse de rondón en la llamada “Transición”, que si en algo fue modélica fue en darnos gato por liebre y en convertir en intocable a una monarquía que no tenía ni legitimidad histórica ni fue refrendada por la mayoría del pueblo español. Tenemos que soportar estos insultos sin responder adecuadamente estas provocaciones. Las respondemos con más lucha por la verdadera Memoria Histórica.

Hoy inauguramos un panel de señalización en el Campo de Concentración. Gracias a un Ayuntamiento comprometido con la Memoria Histórica como el de San Isidro y a la Conselleria de Participación, Transparencia y Calidad Democrática será posible que quienes visiten este lugar, ahora tranquilo, sepan que hace 81 años fue un infierno. Porque nada es gratis, es necesario seguir luchando, quizás ahora con más motivos que nunca, con mascarilla, pero con más ilusión, porque se avecinan tiempos duros para la clase trabajadora, con el pretexto de la pandemia del coronavirus: ERTES, ERES, despidos, más control en todo lo que no sea el pensamiento único. Quieren eliminar la conciencia de clase, de clase obrera, porque todos somos obreros, no nos creamos lo que quieren que creamos: que pertenecemos a la clase media. Y para ello es necesario, también, unidad en todos nosotros, en quienes creemos y queremos un país en el que los familiares de los asesinados por el régimen franquista puedan recuperar a sus seres queridos. Resulta evidente que esta anomalía histórica, 81 años después del fin de la Guerra Civil y casi 45 años tras la muerte del dictador, dice mucho de qué calidad democrática “disfrutamos”, cuando estamos exigiendo Verdad, Justicia y Reparación. Da igual que hayan gobernado el PSOE o el PP. Del PP nos esperamos un rechazo tan injusto como vomitivo, pero esperamos más valentía por parte del PSOE.

Y que también sigamos luchando por una República del siglo XXI no burguesa, como la de 1931, que haga posible una sociedad más culta y crítica, con conciencia de clase.

Quisiera concluir esta intervención con la dedicatoria que Miguel Hernández dejó escrita en Viento del pueblo a su amigo Vicente Aleixandre:

 

“Vicente: a nosotros que hemos nacido poetas entre todos los hombres, nos ha hecho poetas la vida junto a todos los hombres. Nosotros venimos brotando del manantial de las guitarras acogidas por el pueblo, y cada poeta que muere deja en manos de otros, como una herencia, un instrumento que viene rodando desde la eternidad…

 

“Los poetas somos viento del pueblo; nacemos para pasar soplados a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas. Hoy, este hoy de pasión, de vida, de muerte, nos empuja de un imponente modo a ti, a mí, a varios, hacia el pueblo. El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo”.

 

¡Verdad, Justicia y Reparación! ¡Viva la República!

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